Un cierre absoluto nos llevaría a que queden miles de varados porque en estos momentos hay muchos argentinos de vacaciones, sobre todo en Estados Unidos y Europa y no es nuestra intención volver al escenario de marzo del año pasado. Pero sí necesitamos reducir el ingreso para hacerlo de manera ordenada, darle tiempo a las provincias para que establezcan lugares de control para las cuarentenas. Hoteles, si así lo deciden, o en otros lugares resolverán hacerlo en los domicilios”, explica a PERFIL la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano.
Al frente del organismo que se ocupa de controlar quiénes cruzan y quiénes no las fronteras, la funcionaria cobra una notoriedad poco habitual para su línea de trabajo, cada vez que el Gobierno decide un cambio en el control de los ingresos desde marzo de 2020. Como ahora, que se redujo el cupo de acceso al país a solo 600 personas por día, de los dos mil previos que rara vez llegaban a ese número.
—¿Cómo se fija el número de 600 como tope máximo para el ingreso desde el exterior, en base a qué criterios?
—El número 600 es un número controlable para el Estado para hacer las cuarentenas. Hace dos semanas venimos haciendo controles, nos sumamos a los que hacen las fuerzas federales y las provincias y hemos detectado un alto incumplimiento, un 45% de incumplimiento de la cuarentena. Y eso nos lleva a la posibilidad de que haya personas que puedan manifestar síntomas a los dos días pese a venir con un PCR y un antígeno y si esa persona está dando vueltas pueden introducir la variante Delta que estamos tratando de retrasar todo lo posible. El número 600 es uno razonable, de control, para que las fuerzas federales y las provincias puedan hacer un control exhaustivo de la cuarentena.
—¿Hay negociaciones con los distritos para que sean más estrictos siendo que casi 1 de 2 viajeros que llegan no cumplen con la cuarentena?
—No, lo que hicimos fue reforzar a los ministros de gobierno y salud el contexto epidemiológico y lo que significa la variante Delta, por qué estamos tan preocupados, qué está pasando en el mundo. Hoy el lugar que tiene un mayor número de contagios con esta variante es la India, seguido de Gran Bretaña y luego Estados Unidos. Tenemos muchos vuelos con Estados Unidos, con Europa, y estamos muy preocupados porque todavía nos falta vacunar y estamos trayendo vacunas de a millones pero nos faltan. Y eso es lo que les explicamos: cuando mayor sea el retraso en el ingreso de esta variante, más fácil vamos a salir. El modelo ideal para seguir las cuarentenas serían los hoteles pero en el caso de que no sea así, seguro las provincias reforzarán que el control no sea por teléfono sino presencial y no solo una vez sino varias durante la cuarentena.
—¿Tienen detectado cuáles son los distritos con mayor riesgo de extender un brote de Delta acorde al punto de destino del mayor número de viajeros?
—El primer lugar al que vuelven los argentinos es Provincia de Buenos Aires; el segundo lugar es Ciudad de Buenos Aires; tercero es Córdoba; cuarto, Santa Fe y luego Mendoza, Salta y Tucumán. Cuando arriban a través de la Región Metropolitana (Ezeiza, San Fernando, Aeroparque o a través de Buquebús), lo que debe hacer cualquier persona que se dirija a alguna provincia es testearse y si el antígeno le da negativo, entonces puede circular hasta el lugar donde dijo que iba a ser la cuarentena y luego encerrarse ahí. Solo en los primeros días llevamos radicadas más de 350 denuncias por incumplimientos.
—¿Qué excusas dan los infractores cuando los contactan luego?
—“No sabía”, “salí”, “no pude”, “tuve que volver a trabajar”… En algunos casos nos atienden y cuando les decimos, nos cortan. Otros nos dicen que ya están vacunados. Una señora nos atendió y se volvió corriendo de la farmacia para mostrarnos el ticket de compra: “¡Necesitaba una crema!” Y después están los que se enojan, los que nos sacan a bolsazos. Y muchas otras veces entienden, colaboran y nos atienden bien. Por suerte son los menos los que reaccionan mal pero son muchos los que no están. Y uno que no esté ya es grave. Porque en Israel una sola familia armó un lío terrible: los chicos contagiaron a 45 chicos al ir al colegio y los padres a otros adultos que tenían la segunda dosis y eso armó un brote que obligó a volver a tomar medidas en la frontera. Y ese fue un brote con Delta.
—¿Cómo les explican a los gobiernos provinciales qué es la variante Delta para que entiendan y tomen medidas más fuertes?
—El día que hicimos la reunión estaba la jefa de gabinete de la ministra de Salud que explicó lo grave que es esta variante, que es mucho más contagiosa, que afectaba más a las personas, que los estudios que se hicieron en Israel mostraron que muchos de los chicos que se enfermaron no estaban vacunados. Tampoco se sabe mucho sobre esta cepa, no se sabe tanto pero lo que se sabe, se trata de explicar. Nosotros le damos a las provincias el acceso a un tablero on line que le permite identificar a la persona de dónde viene y dónde declaró que haría la cuarentena ni bien apoya el pasaporte. Pusimos esa información en gráficos para que sean más comprensibles y capacitamos a todos los funcionarios. Y lo que se enfatizó es que en muchos casos, muchas personas manifiestan síntomas después de arribar, a los 2 o 3 días y la mayor parte de ellas tienen conexión con algún viaje pese a haber estado vacunados, tener un PCR negativo y haberse hecho el test de antígenos. Cuando les haces ver eso y demostrás que esos 2 o 3 días son claves, entienden el por qué son importantes las cuarentenas.
—¿Siguen detectando casos de PCRs truchos?
—No, eso no, lo que sí hay casos de gente que llega y que no quiere pagar el test, se niega a que se lo hagan, desde el laboratorio Stamboulian terminan llamando a la policía, interviene el juez. Quejosos y gente que no quiere hacerse el test cuando vienen de viaje siempre hay aunque son los menos por suerte.
—Por ahora están suspendidos los vuelos con Reino Unido e Irlanda del Norte, Chile, Brasil, África y Turquía. ¿Puede ampliarse esta lista si sigue expandiéndose la cepa Delta?
—Sí, por supuesto que hay posibilidades de ampliar la lista de países cerrados a vuelos argentinos, esas son decisiones que toman la Dirección de Epidemiología. Ellos tienen un mapa donde tienen marcado dónde está la circulación comunitaria de la cepa delta y la sudafricana. Por eso cerramos Turquía y algunos lugares de África (el vuelo con Ethiopian que comunicaba ahí). Nos vimos obligados a tomar medidas cada vez mayores por la irresponsabilidad del 45% de los que ingresan y no hacen las cuarentenas. Esto no significa que los argentinos no van a poder volver. Simplemente les va a costar un poco más volver de sus vacaciones. Nosotros preferimos que los chicos sigan yendo a las escuelas, la gente a trabajar y los comercios abran y los que se fueron de vacaciones en pandemia, demoren un poquito más para volver.
—¿Estados Unidos no está en la lista pese a que antes se habían reducido las frecuencias?
—Ahora no importan las reducciones previas porque son 600 personas máximo que ingresan todos los días. Y de eso, ANAC va a ser el reparto de lo que les tocará a cada lugar y cada aerolínea.
—Uno presupone entonces que de aquellos destinos a dónde más se viaja, como Estados Unidos, van a tardar más en volver entonces…
—Y sí, porque van a tener menos vuelos. Cuando uno sale en pandemia, lo venimos repitiendo desde el día uno, sabe que las cosas pueden cambiar de un día para otro. Podemos cambiar nosotros, puede cambiar el lugar a dónde fueron, lamentablemente no hay previsibilidad, puede aparecer una nueva variante. Si salís de viaje, tomás el riesgo de que algo pueda pasar.
—¿Mientras tanto los pasos terrestres siguen cerrados?
—Así es, desde el 25 de diciembre, solamente abiertos para el comercio internacional y solo ante situaciones de razones humanitarias fundadas ante el consulado, la persona puede ingresar por vía terrestre siguiendo un procedimiento especial que es que la provincia a la que ingresa debe establecer un lugar para que haga la cuarentena y seguir un protocolo que incluye un hisopado. Pero son contados con las manos.