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Cómo desmaquillarte bien (de una vez por todas)

Tanto después de un largo día de trabajo, como al terminar una noche de fiesta, es normal que te de pereza desmaquillarte. Sin embargo, irte a dormir con el rostro limpio es más importante de lo que crees… La visagista  Cristina Galmiche cuenta por qué es crucial  limpiarse bien la piel:»La higiene cutánea es imprescindible para conservar la salud de la piel. Muchas personas suelen caer en le error de no limpiarse bien la cara porque no se maquillan, pero el tejido acumula partículas de suciedad, como polución, tabaco, filtros cosméticos, polen… Que no son perceptibles a la vista, pero van depositándose en los poros, que terminan taponándose.

El resultado es una  piel asfixiada: desnutrición y deshidratación, opacidad, arrugas embrionarias, sensibilidad cutánea y un menor estímulo de la colagenogénesis y otros procesos que son muy importantes para evitar la oxidación precoz del rostro y su envejecimiento».
Y ¿cuáles son las claves de una correcta limpieza facial? Le hemos formulado varias preguntas para que nos despeje todas las dudas.

CLAVES PARA DESMAQUILLARTE CORRECTAMENTE

¿Por qué las toallitas desmaquillantes no son buenas?

No es que no sean buenas, es que generan problemas de piel. Lo único que hacen es trasladar la suciedad de una zona a otra del rostro y generan una agresión innecesaria al tejido. Si, además tienes tendencia al acné, corres el riesgo de romper granos que pueden estar infectados, extendiendo y agravando el problema.

Además, suelen incorporar conservantes, alcohol y fragancias que se depositan en la piel y generan sensibilidad y conflictos cutáneos a largo plazo. Y, aunque muchas personas las utilizan como recurso de emergencia, yo las vetaría totalmente de cualquier ritual.

¿Cuál es el limpiador facial más recomendable?

La mejor  rutina de limpieza es la que arrastra suciedad sin agredir y sin generar problemas, como desequilibrios en el pH cutáneo u obstrucción de los conductos polisebáceos. Los formatos de limpiadoras en leche con texturas fluidas y siempre formuladas con activos respetuosos son la mejor opción de limpieza de la tez. Extiéndela sobre el rostro como si se tratase de una caricia, sin presionar y con las manos limpias; después, retírala con pañuelos faciales. Es importante no friccionar el rostro y utilizar un tisú para una mitad de la cara y otro para la otra, en vez de con algodón, ya que este no arrastra la suciedad igual de bien.

¿Cuál es la rutina de limpieza correcta?

Siempre hay que hacerlo de dentro hacia fuera y en sentido ascendente para fomentar la firmeza del rostro. Una vez has retirado la leche, tienes que pasar a la fase de enjuague y tonificación. Para mí, el agua del grifo es enemiga de un cutis sano, pero es cierto que la cosmética de limpieza suele dejar restos en el rostro y una sensación en la tez como si tuvieras un película impermeable; por eso hay que usar una loción que enjuague, calme y acabe con esos restos de la limpiadora.

Impregna el algodón, extiéndelo por el rostro y seca después con un pañuelo facial o deja secar al aire. Después, el tónico es imprescindible, ya que equilibra y prepara para la posterior absorción de nutrientes. Y, si te sueles maquillar los ojos, debes limpiártelos en primer lugar, siempre con un algodón para cada uno de los dos, y arrastrando los restos de maquillaje de pestañas y párpados con un movimiento cuidado, hacia abajo.

¿Es tan importante la doble limpieza?

Es básica, ya que te garantiza que todas las impurezas se eliminen. No es igual limpiar la grasa o los restos de maquillaje (son impurezas oleosas) a arrastrar las células muertas o las partículas de polvo (son hidrosolubles). Las primeras se despejan con formulaciones que incluyen aceite y las segundas hay que enjuagarlas con agua, o mejor con lociones a base de agua.

Aunque, para mí, la mejor fórmula para todo tipo de pieles es la limpieza trifase: leche limpiadora, loción calmante y tónico equilibrante. Y lo más importante es que elijas productos que no tengan compuestos comedogénicos, ya que estos pueden asfixiar a largo plazo tu piel.

 

Por: Carlota Miralles
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