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Declaración OMS sobre Coronavirus

Declaración sobre la tercera reunión del Comité de Emergencias del Reglamento ‎Sanitario Internacional acerca del brote de enfermedad por coronavirus

La tercera reunión del Comité de Emergencias, convocada por el Director General de la OMS en virtud del Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI) en relación con la enfermedad por coronavirus (COVID-19), se celebro el jueves 30 de abril de 2020, de las 12.00 horas a las 17.45 horas, en horario de Ginebra (horario centroeuropeo de verano).

Diligencias de la reunión
Los miembros y asesores del Comité de Emergencias celebraron su reunión por teleconferencia. Se amplió el número de miembros del Comité de Emergencias a fin de reflejar la naturaleza de la pandemia y la necesidad de incluir conocimientos técnicos especializados en otros ámbitos.

El Director General dio la bienvenida al Comité, dio las gracias a los miembros por su compromiso de mejorar la salud pública en todo el mundo y presentó un panorama general de los principales logros en la lucha contra la COVID-19 desde la última reunión del Comité de Emergencias, el 30 de enero de 2020. Los representantes del Departamento Jurídico y el Departamento de Conformidad, Gestión de Riesgos y Ética (CRE) informaron a los miembros sobre sus funciones y responsabilidades.

El funcionario de CRE encargado de los asuntos éticos ofreció a los miembros y asesores una introducción general al proceso de declaración de intereses. Se les explicó la responsabilidad que incumbía a cada uno de ellos de comunicar a la OMS, de forma oportuna, cualesquiera intereses de carácter personal, profesional, financiero, intelectual o comercial que pudieran dar lugar a un conflicto de intereses directo o percibido. Asimismo, se les recordó su obligación de mantener la confidencialidad de los debates mantenidos durante la reunión y de la labor del Comité. Solo los miembros y asesores del Comité que se consideró que no tenían ningún conflicto de intereses directo o percibido participaron en la reunión.

La Secretaría cedió la palabra al Presidente, el Profesor Houssin, quien a su vez dio la bienvenida al Comité y pasó revista a los objetivos y orden del día de la reunión.

Los Directores Regionales de Emergencias de la OMS y el Director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS (WHE) aportaron una visión regional y mundial de la situación. Tras los correspondientes debates, el Comité acordó por unanimidad que el brote todavía constituía una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y ofreció su asesoramiento al Director General.
El Director General declaró que el brote de COVID-19 sigue constituyendo una ESPII. Aceptó el asesoramiento del Comité a la OMS y lo remitió a los Estados Partes como recomendaciones temporales en virtud del RSI.
El Comité de Emergencias volverá a reunirse en un plazo de tres meses o anteriormente, a discreción del Director General, quien dio las gracias al Comité por su labor.

Asesoramiento para la OMS
Coordinación, planificación y seguimiento
• Seguir dirigiendo y coordinando la respuesta mundial a la pandemia de COVID-19 en colaboración con los países, las Naciones Unidas y otros asociados.
• Trabajar con Estados frágiles y países vulnerables que requieren más apoyo técnico, logístico y para la adquisición de productos.
• Establecer mecanismos para recabar las enseñanzas derivadas de las experiencias de los países y los asociados, así como de las misiones de la OMS, y difundir las prácticas óptimas y las recomendaciones actualizadas.
• Ofrecer nuevas orientaciones a los países sobre el ajuste de las medidas de salud pública, teniendo en cuenta las diferentes situaciones epidemiológicas de la pandemia.
• Promover la inclusión de todos los países interesados, en particular de países de ingresos bajos y medianos de todas las regiones, en los ensayos clínicos «Solidaridad» para el desarrollo de tratamientos y vacunas.
• Proseguir las actividades con los asociados para obtener acceso equitativo a equipo de protección personal, pruebas diagnósticas y equipo biomédico esencial para la respuesta a la pandemia de COVID-19.
• Seguir coordinando las redes mundiales de expertos en epidemiología, laboratorio, vacunas, atención clínica, control y prevención de infecciones, ciencias sociales e investigación operacional; la modelización; y otro tipo de apoyo técnico.

Una Salud
• Colaborar con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y los países para determinar el origen zoonótico del virus y la ruta de introducción entre la población humana, en particular la posible función de huéspedes intermedios. Ello debería lograrse mediante iniciativas como misiones sobre el terreno científicas y de colaboración, que permitirán intervenciones específicas y un programa de investigación para reducir el riesgo de que se produzcan eventos similares.
• Colaborar estrechamente con la OIE y la FAO para proporcionar orientaciones sobre la prevención de infecciones por SARS-CoV-2 en animales y seres humanos y prevenir el establecimiento de nuevos reservorios zoonóticos.
• Colaborar con las organizaciones asociadas y los países para fortalecer la cadena mundial de suministro de alimentos, proteger a los trabajadores del sector alimentario, gestionar debidamente los mercados de alimentos y mitigar las posibles perturbaciones en el suministro de alimentos.

Servicios de salud esenciales
• Prestar apoyo a los países en la evaluación y gestión de las consecuencias imprevistas de las medidas de salud pública aplicadas para controlar la pandemia de COVID-19, en particular la violencia de género y el descuido de niños.
• Prestar apoyo a los países para que vigilen su capacidad de ofrecer y fortalecer los servicios de salud esenciales durante la respuesta probablemente prolongada a la COVID-19. Ello debería incluir, entre otras cosas, la prevención esencial de enfermedades transmisibles, en particular la vacunación; los servicios relacionados con la salud reproductiva, especialmente la atención durante el embarazo y el parto; la prestación de atención a grupos de población vulnerables, como los niños menores de un año y los adultos mayores; la provisión de medicaciones y suministros para el tratamiento clínico en curso de enfermedades crónicas, incluidos los trastornos de salud mental; la continuidad de los tratamientos de los pacientes críticos hospitalizados; la gestión de las emergencias sanitarias y las manifestaciones agudas frecuentes que requieren una intervención rápida; y los servicios auxiliares, como los diagnósticos básicos por imágenes, los servicios de laboratorio y los de banco de sangre.
• Prestar apoyo a los países para abordar el déficit de medicamentos esenciales y productos sanitarios, equipo de protección personal y otros suministros médicos, y establecer prácticas sostenibles de gestión de riesgos para evitar futuros déficits.

Comunicación de riesgos y colaboración de las comunidades
• Proseguir las actividades de comunicación de riesgos y de colaboración de las comunidades a través de la Red de Información de la OMS para las Epidemias (EPI WIN) y otras plataformas para luchar contra los rumores y la información errónea.
• Seguir difundiendo periódicamente mensajes claros, orientaciones y asesoramiento sobre la evolución de la pandemia de COVID-19, y cómo reducir la transmisión y salvar vidas.
• Colaborar con los asociados y los países para articular las posibles consecuencias a largo plazo de la pandemia de COVID-19, haciendo hincapié en la necesidad de reforzar la preparación intersectorial, la transparencia y la coordinación mundial.

Vigilancia
• Aclarar la estrategia de realización de pruebas, apoyar a los países para que incrementen su capacidad de realizar pruebas y centrarse en proporcionar acceso equitativo a pruebas diagnósticas y suministros, en vista de las deficiencias de los mercados y la escasez mundial.
• Seguir ofreciendo orientaciones sobre el seguimiento de las tendencias de las enfermedades utilizando los sistemas de vigilancia de las infecciones respiratorias agudas graves (IRAG) y las seudogripes antes de la cocirculación de virus gripales.
• Elaborar indicadores cualitativos y cuantitativos que los países puedan utilizar en la evaluación y seguimiento de la transmisión del SARS-CoV-2 a todos los niveles de la respuesta de salud pública.
• Seguir apoyando a los países y asociados proporcionando orientaciones técnicas y operacionales, plataformas de capacitación y herramientas como Go.Data, para mejorar la detección de casos y la capacidad de rastrear contactos, fortalecer el personal de salud pública, y hacer partícipes a las comunidades en el rastreo de contactos.
• Establecer indicadores cualitativos y cuantitativos claros para el seguimiento de la transmisión del SARS-CoV-2 con el fin de orientar el ajuste de las medidas sociales y de salud pública.

Viajes y comercio
• Seguir colaborando con los países y los asociados con el fin de facilitar los viajes esenciales necesarios para la respuesta a la pandemia, el socorro humanitario, la repatriación y las operaciones de transporte de carga.
• Elaborar orientaciones estratégicas con los asociados para el regreso gradual a la normalidad de los viajes de pasajeros de una forma coordinada que ofrezca una protección adecuada cuando el distanciamiento físico no sea viable.
• Actualizar las recomendaciones sobre las medidas adecuadas en materia de viajes y analizar sus efectos en la transmisión internacional de la COVID-19, teniendo en cuenta el equilibro entre beneficios y consecuencias no deseadas, en particular en el cribado de entrada y salida, la educación de los viajeros sobre el comportamiento responsable durante los viajes, la localización de casos, el rastreo, aislamiento y cuarentena de los contactos, incorporando datos probatorios sobre la posible función de la transmisión presintomática y asintomática.

Asesoramiento para todos los Estados Partes
Coordinación y colaboración
• Apoyar el liderazgo de la OMS y seguir colaborando con la Organización a todos los niveles y con otros países para hacer posible la preparación y respuesta eficaces en todo el mundo ante la pandemia de COVID-19.
• Participar en iniciativas solidarias mundiales que posibiliten el acceso de todos a suministros esenciales.
• Documentar y compartir las enseñanzas derivadas de los esfuerzos por controlar la pandemia, en particular los plazos, la cadencia y la secuenciación de la aplicación y levantamiento de las medidas de salud pública.

Preparación
• Fortalecer la preparación ante las emergencias sanitarias, y construir sistemas de salud resilientes, incorporando las enseñanzas aprendidas durante las diferentes etapas de la pandemia, y compartir las experiencias con otros países.

Vigilancia
• Colaborar con la OMS y los asociados multisectoriales para interrumpir la transmisión manteniendo sistemas de vigilancia robustos; mejorando las capacidades para la detección de casos, la realización de pruebas, el aislamiento de los casos, el rastreo y cuarentena de los contactos, y la respuesta rápida; fortaleciendo el personal de salud pública; y haciendo partícipes de forma activa a las comunidades en el rastreo de contactos, insistiendo especialmente en las zonas de alto riesgo.
• En los entornos en que no es posible hacer pruebas a una gran proporción de los casos sospechosos, hacer seguimiento de las tendencias generales; emprender la detección temprana mediante confirmación en laboratorio de un limitado número de casos, centrándose en el personal sanitario; y aplicar rápidamente medidas de salud pública.
• Remitir a la OMS todos los datos necesarios para llevar a cabo evaluaciones de riesgos en el ámbito mundial a través de plataformas como el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe y el mecanismo del RSI. Estos datos deberían incluir las IRAG y las seudogripes cuando estén disponibles.
• Utilizar los indicadores cualitativos y cuantitativos de la OMS para la evaluación y el seguimiento de la transmisión del SARS-CoV-2 a todos los niveles de la respuesta de salud pública.

Medidas de salud adicionales
• Evitar restricciones en el transporte internacional de alimentos, suministros médicos y otros suministros esenciales y permitir el desplazamiento seguro del personal esencial requerido para una respuesta eficaz a la pandemia.
• Aplicar medidas adecuadas en materia de viajes, teniendo en cuenta sus beneficios para la salud pública, en particular en el cribado de entrada y salida, la educación de los viajeros sobre un comportamiento responsable durante los viajes, la localización de casos, el rastreo, aislamiento y cuarentena de los contactos, incorporando datos probatorios sobre la posible función de la transmisión presintomática y asintomática.
• Poner en marcha y monitorear la localización de casos y el rastreo de contactos de los viajeros, utilizando herramientas digitales según proceda.
• Seguir examinando las medidas en materia de viajes y comercio en función de las evaluaciones periódicas de riesgos, las pautas de transmisión en el punto de origen y destino, los análisis de los beneficios en función de los costos, la evolución de la pandemia y los nuevos conocimientos que se vayan adquiriendo sobre la COVID-19.
• Colaborar en los esfuerzos mundiales para responder a los retos de la COVID-19 en la gestión de los buques de navegación marítima.
• No establecer restricciones al comercio, más allá de las consideradas importantes para la salud pública, con arreglo a los acuerdos internacionales pertinentes.
• Seguir ofreciendo a la OMS justificaciones adecuadas de salud pública para aplicar medidas sanitarias adicionales de conformidad con el RSI.

Profesionales de la salud
• Dar prioridad a la protección del personal sanitario mediante el acceso a capacitación y la provisión de equipo de protección personal, las medidas de prevención y control de las infecciones, la mejora de las condiciones de trabajo, la aplicación de las estrategias recomendadas por la OMS para la realización de pruebas, y la prevención de la estigmatización y los ataques a los profesionales de la salud.

Seguridad alimentaria
• Colaborar con la OMS y los asociados para fortalecer la cadena mundial de suministro de alimentos, proteger a los trabajadores del sector alimentario, gestionar debidamente los mercados de alimentos y mitigar las posibles perturbaciones en el suministro de alimentos, especialmente para los grupos de población vulnerables.

Una Salud
• Promover prácticas racionales para gestionar los riesgos del comercio de animales vivos en los mercados de alimentos y reglamentar el comercio de flora y fauna exótica.

Comunicación de riesgos y colaboración de las comunidades
• Seguir haciendo partícipes a las comunidades para desmentir los rumores y la información errónea y mantener a la población informada, centrándose especialmente en los grupos de población vulnerables.

Investigación y desarrollo
• Abordar las lagunas en la investigación, como: las rutas de transmisión, en particular la función de la transmisión de la infección asintomática y presintomática por gotículas, contacto, fómites y aerosoles; la liberación de virus; y el origen animal y los huéspedes intermedios, en colaboración con los asociados.
• Seguir apoyando y llevando a cabo investigaciones sobre la COVID-19, en consonancia con el proyecto de investigación y desarrollo de la OMS y la hoja de ruta para las vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos contra la COVID-19.
• Seguir compartiendo las secuencias de genomas completos para entender mejor la evolución y filogenia del virus y su aplicación a las prácticas de salud pública.

Servicios de salud esenciales
• Mantener los servicios de salud esenciales durante la respuesta probablemente prolongada a la COVID-19. Ello debería incluir la prevención esencial de enfermedades transmisibles, en particular la vacunación; los servicios relacionados con la salud reproductiva, especialmente la atención durante el embarazo y el parto; la prestación de atención a grupos de población vulnerables, como los niños menores de un año y los adultos mayores; la provisión de medicaciones y suministros para el tratamiento clínico en curso de enfermedades crónicas, incluidos los trastornos de salud mental; la continuidad de los tratamientos de los pacientes críticos hospitalizados; la gestión de las emergencias sanitarias y las manifestaciones agudas frecuentes que requieren una intervención rápida; y los servicios auxiliares, como los diagnósticos básicos por imágenes, los servicios de laboratorio y los de banco de sangre.
• Seguir rastreando y documentando los efectos de la COVID-19 en los servicios de salud esenciales.