La Iglesia volvió a sentar su postura en contra de los derechos de las personas LGBTIQ+ tras la celebración de una de los primeros casamientos de una mujer trans y un hombre. Desde ese sector emitieron un duro comunicado en el que cuestionaron el accionar de Fabián Colman, el párroco que ofició la unión en Ushuaia entre Victoria Castro y Pablo López Silva.
Una vez concluida la ceremonia religiosa, el obispo Jorge García Cuerva negó haber prestado consentimiento y dejó expuesta su lamentable postura: «Acompañamos a todas las personas sin excepción alguna en su legítimo deseo de recibir la bendición de Dios. Dejamos constancia que en este caso no se trata del sacramento de matrimonio tal como lo cree y sostiene la Iglesia. El sacerdote en cuestión ya fue advertido convenientemente».
Fue por este tipo de actitudes que Castro decidió casarse con un vestido color negro, «en conmemoración de las compañeras que ya no están, que fueron expulsadas de la fe», según explicó en distintas entrevistas. Castro y López Silva contrajeron matrimonio civil en 2011 y formaron una familia compuesta por tres hijos.
La novia ingresó a la Iglesia con la marcha nupcial, y, durante el acto religioso, se leyó el Evangelio, se realizó la promesa de fidelidad de los cónyuges, se rezó el Padre Nuestro y el Ave María, y comulgaron los novios y varios de los 60 feligreses presentes.
«Es un momento muy significativo para el colectivo LGBTIQ+, porque es un lugar que se nos venía negando, como tantas otras cosas. Por eso lo pensamos como un acto de reconciliación y como un regreso a casa, en este caso la casa de Dios», resaltó en ese momento Victoria Castro.
Después de conducir la celebración, Colman fue trasladado desde su cargo en la parroquia Nuestra Señora de la Merced, ubicada en el centro de la capital fueguina y perteneciente a la congregación salesiana, a la parroquia María Auxiliadora de la localidad de Chos Malal, en el norte de la provincia de Neuquén.
Según explicaron fuentes gubernamentales y eclesiásticas, el traslado estaba dispuesto «desde antes» de la ceremonia religiosa en que el cura bendijo la unión de Pablo López Silva, de 54 años, y Victoria Castro, de 46, con todos los ritos del matrimonio católico.
«Los salesianos cambian regularmente de destino. Ese proceso se llama obediencia y Colman había sido notificado del cambio en diciembre. No está vinculado con la ceremonia del sábado», señalaron desde el entorno religioso.
Por otro lado, la Iglesia de la Merced posteó en su cuenta oficial de Facebook la bienvenida al nuevo párroco, de nombre Daniel, el pasado 3 de febrero, es decir, tres días antes de la boda.
El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, fue uno de los que asistió a la boda del sábado, ya que ambos contrayentes son funcionarios de su gabinete: López Silva es secretario de Educación y Castro es subsecretaria de Diversidad de la provincia.
«Resaltamos la actitud grandiosa del padre Fabián como pastor, que incluye y construye una verdadera comunidad para todas y todos. Y el respeto demostrado a la identidad civil. Gracias por respetar la identidad civil de cada fueguino y fueguina», subrayó Melella.
Asimismo, a través de su cuenta oficial de Twitter, el mandatario le agradeció a Colman «por estos años de tanto trabajo pastoral en la comunidad de Ushuaia, por su dedicación hacia las y los jóvenes y por hacer comprender que todas y todos somos la comunidad». También le expresó «los mejores deseos y augurios en esta nueva misión, en este nuevo camino que va a emprender».
Otra presencia reconocida fue la de la ex gobernadora Fabiana Ríos, durante cuyo mandato, en 2009, se celebró el primer matrimonio del país y de América Latina, entre dos personas del mismo sexo.
El primer antecedente de una boda trans en el país tuvo lugar en 2014 en Santiago del Estero, cuando el cura párroco Sergio Lamberti, de la Parroquia del Espíritu Santo, bendijo la pareja conformada por José Leonardo Coria y Luisa Lucía Paz, dirigente de la Asociación de Travestis,Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTTA) que llevaban 29 años de convivencia.
Por: Página/12