Una mujer de 25 años llegó a la sala de emergencias con lágrimas de sangre en los ojos. El diagnóstico fue categórico: padecía de hemolacria.

Como parte del periodo menstrual, se experimentan dolores abdominales en un rango de leves hasta severos. Dolor de cabeza, mareos y malestar en los ovarios son algunos de los síntomas comunes. Cuando a una mujer en India se le llenaron los ojos de sangre por la misma causa, los médicos que la atendieron determinaron que se trataba de un padecimiento extraño: hemolacria.

Hemolacria: la condición que provoca lágrimas de sangre

La paciente tenía apenas 25 años. Al ser ingresada al hospital, tenía los ojos empapados de sangre al rojo vivo. En la sala de emergencias, reportó   que ésta era la segunda ocasión en dos meses que sufría de este tipo de sangrados, a pesar de estar aparentemente sana.

Después de aplicar los protocolos debidos, los médicos que la atendieron se percataron de que padecía de hemolacria: una afección extraña que provoca sangrado a través de los ojos y en esta ocasión, parecía estar vinculada con sus primeros días de ciclo menstrual.

Después de una exploración minuciosa, los médicos determinaron que sus ojos se encontraban en condiciones óptimas, funcionando correctamente. Por lo demás, la mujer gozaba de buena salud.

Una consecuencia poco común de la menstruación

En ocasiones contadas, la menstruación puede desencadenar consecuencias fuera del útero. A este fenómeno se le conoce como “menstruación vicaria“. Aunque inusual, las lágrimas de sangre producidas por la hemolacria corresponden a estos efectos poco comunes, de acuerdo con el informe médico  de la paciente.

De manera general, las mujeres que han presentado este síntoma están inflamadas, han sufrido algún tipo de lesión, padecen hipertensión o tienen tumores. También es frecuente que sufran de anemia o de otros trastornos vasculares. En este caso particular, la mujer había presentado sangrado nasal antes de llorar sangre.

Hoy se sabe que los tejidos de los ojos pueden verse afectados por ciertos cambios hormonales. La curva y grosor de la córnea, por ejemplo, varían en diferentes etapas del periodo menstrual, pero estas alteraciones se habían pasado por alto: el centro de la atención científica siempre había estado en el aparato reproductor femenino.

“Este es un caso clínico raro e inusual“, escribieron los médicos. Son contados los casos documentados de hemolacria relativa a la menstruación. Por esta razón, para llegar a resultados concluyentes, es necesario realizar investigaciones más profundas al respecto.

Por:  Andrea Fischer