Un gol más que especial para la carrera de Messi no podía ser cualquiera. Tenía que ser un golazo con todas las letras como lo fue el que le convirtió a Bolivia a los 14 minutos del primer tiempo.
¿Por qué tan especial era este gol? Porque fue el primer gol de Messi siendo campeón de América, hecho en Argentina con el público en el Monumental después de 18 meses sin poder asistir a los estadios por la pandemia y porque ya igualó un récord en América que llevaba 50 años sin romperse.
Además de todo eso, Messi igualó a Pelé como el máximo anotador de la historia de Sudamérica en Selecciones, ya que llegó a 77 goles vistiendo la Albiceleste, donde de más está decir que es el líder de la tabla de goleo en Argentina en toda su trayectoria.
Y claramente lo hizo con un golazo de otro planeta, con una recuperación en mitad de cancha de Leandro Paredes y un pase servido para que Leo haga lo suyo: caño, acomodarse, y sacudir con su zurda al ángulo.
Por todo este contexto, el festejo de Messi fue alocado, pero no se olvidó de un hermoso detalle: besar y acariciar el parche en la camiseta del campeón de América, que tanto le costó conseguirlo. Cuidalo Lionel, ¡es todo tuyo!